Quien creyera que el alma fue metida
como castigo en la prisión del cuerpo
según la lealtad de las entrañas,
¿cuánta paja no esconde en su cabeza?.
Pues hoy la fe se impone a latigazos
ocultando sus propios intereses,
al ver que las ideas no resulten
más reales que el mundo de los ogros.
Pues visto así, no existe parangón
en la vida sumisa de los hombres,
si desde que surgió su mala uva
acaso su pasión se intensifique
mandando a los infiernos cualquier ley
que al paso se interponga en su camino.
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