Si no fuera la paz manipulada
por quienes mangonean el tinglado,
seguro que estaría todo atado
por quienes hoy manejan bien la espada.
Pues quien da su respuesta por sentada
tirando piedras sobre su tejado,
tiene ya su terreno preparado
para dormir tranquilo en su almohada.
Porque lo eterno suena milagroso
a los más soñadores sentimientos,
cierto es que perseguimos ilusiones,
y a riesgo de pecar de mentiroso
mucho temo los dogmas truculentos
que también manipulan sus razones.
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