Siendo siempre muy fiel a mi trabajo
nadie jamás me ha regalado nada,
porque luchando duro con mi espada
apenas si reposo ya un carajo.
Tal vez si me permito algún relajo
dejando a la razón en la estacada,
deja su loco sueño en la almohada
pendiente de un bucólico agasajo.
Ojalá ronde alguna vez la suerte
para poder confiarle mis deseos
siguiendo a pies puntillas mi destino,
y mantener la vida de la muerte
a distancia de todos los jaleos
que me llevaran por muy mal camino.
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