No sería un muñeco sin fortuna
si con los años el humor muriera,
arruinando mi vida toda entera
por tratar de omitir mi vieja cuna.
Pues bastante miré la misma luna
subido por las ramas de la higuera,
ignorando que hubiese una quimera
donde no había salvación alguna.
Ojalá hubiera sido más consciente
al decidir andar por este mundo
y de lo cual tampoco me arrepiento,
aunque si hubiese sido más prudente
tal vez mi vocación de trota mundo
podría haber tenido algún descuento.
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