El precio de la fama es espinoso
porque para moverse con esmero
y mantenerse firme en candelero,
se requiere un esfuerzo muy costoso.
La gloria que se goza de famoso
relumbra igual que el principal lucero,
que le dará sus dotes de guerrero
a quien del trance salga más airoso.
Y que nadie se sienta avergonzado
si alguna vez la suerte le sonríe
porque siendo aclamado por la gente,
iría de los ángeles colgado
aunque de los demonios no se fíe
y la suerte le asista de repente.
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