SONETO.-
Cuántas veces morimos sin saberlo
siendo presa de tantos espejismos,
como desaprobando los abismos
que la vida no fuera de estraperlo.
Y a veces sin comerlo ni beberlo
nos atraen los crueles salvajismos,
como si de un certamen de sadismos
tratáramos de ver para creerlo.
Pero aún es difícil admitir
que somos tan humanos y geniales
al traspasar los quicios de la gloria,
por merecer un justo devenir
entre las atenciones celestiales
sin prever el color de la victoria.
Luis Perez.-
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