No quisiera tener que compartir
mi suerte contra vientos y mareas,
llevando a la deriva mis ideas
y viéndome obligado a competir
como única manera de existir,
siendo visto vagar entre peleas
envuelto en todo tipo de odiseas,
sin que exista otra forma de vivir.
Pero mientras mi cuerpo no se quiebre
no voy a terminar de preguntarme
por qué los años pasan tan deprisa,
sin encontrar merced a tanta fiebre
que ayude desde el cielo a levantarme
y en mi cara no dibuje una sonrisa.
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