Porque desde temprano un sentimiento
ató preciso y triste mi mollera,
bien pronto abandoné la madriguera
para poder andar sin desaliento.
Porque con su amenaza el sufrimiento
me hizo cambiar de patria y de bandera
a costa de aliviar mi tripa austera,
¡cómo no he de ahogarme en mi lamento.!
Si fuera indiferente a tantos frentes
y al odio que al planeta le sacuden
¿cómo pudiera andar irresponsable
andando entre conflictos deprimentes,
donde en tropel los cuervos hoy acuden,
mostrando mi sonrisa más amable?.
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