Como no sé manera diferente
de poder afrontar libre mis miedos,
en vano logro desterrar los credos
aunque mi alma lo pida de repente.
Pues sueña con mostrar lo que presiente
a costa de incidir en sus enredos,
pues nadie goza de perder sus dedos
sólo porque se crea inteligente.
Nunca olvidaré sutil fortuna
de cuando su vergel filtró mis venas
tratando de encontrar la autonomía,
la que creyese firme y oportuna
de improviso con tantas cosas buenas
olfateando a tientas mi armonía.
|