Se queda adormecida mi tristeza
entre tanto sutil desbarajuste,
quiera Dios la razón cubra a su alteza
y que el pueblo gentil no se disguste.
Rumores hoy se cuentan por la plaza
al verle preparando su equipaje
para marcharse solo un mes de caza
alegando que bien se está de viaje.
Pero todo se sabe, majestad,
por suerte o por desgracia en este mundo,
donde dicen impera la maldad
y el desengaño cruel y más rotundo.
Así que a predicar con el ejemplo
que sus juergas se airean en el templo.
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