Ya no queda perdón en mi inconsciente
para ensayar un proceder perfecto,
desde cuando presume mi intelecto
en sustituir pasado por presente.
Y aunque el sentir escape de mi mente
aún puede que pare mi defecto,
sin pretender hablar otro dialecto
no está muy bien que cambie de repente.
Pues incluso hoy mi instinto trotamundos
quizá cambie el placer por un buen plato,
mirando que al final lo bien servido,
despierte los apegos más profundos
por disfrutar un buen trozo de pato
si pronto fuese presa del olvido.
|