Saber no quiero nada ni comprendo,
y cada día tengo muy presente
de cuántas aventuras esta mente,
loca, se vaya pronto despidiendo.
Porque ansío partir sin aspaviento
llevo todas mis cuentas al corriente,
probando una existencia coherente
en el ambiente donde estoy viviendo.
Y ante tantas vivencias compartidas
¿quién va a dudar que todo el cuerpo vibre
salpicado de inútiles preguntas?
¿Cómo no permitir que estas heridas,
abiertas al candor del aire libre,
cicatricen y sanen todas juntas?
|