Ni creyendo montañas de promesas
yo detrás de un político me iría,
pues loco de remate ya estaría
o con las tripas de alimento tiesas.
Porque montar consiga sus empresas
con injustificada valentía,
tanto que al mismo rey sobornaría
con trucos y diamantes de marquesas.
Así funcionan hoy los poderosos
que a su antojo manejan el cotarro
con la ayuda de jueces y fiscales,
muchos una manada de tramposos
que unidos por los pelos van del carro
como si fueran lobos subnormales.-
|