Hijos de la exigencia hoy nacemos
curtidos en negar lo que interesa,
porque la mala leche mucho pesa
miremos donde quiera que miremos.
Y en mitad de la vida igual nos vemos
sin saber manejar la llave inglesa,
con la cual apretar a la princesa
que gratis no dará sus crisantemos.
Y cuánta prisa a veces exigimos
que la vida suceda en un instante,
sin saber si después de tanta muerte
otros mundos posibles asistimos,
decidiendo confiados adelante
por doquier sin prejuicios nuestra suerte.-
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