Así como no existe la cordura
en la mente precoz de los políticos,
sufragar no quisiera la factura
que me cuesten sus cólicos nefríticos.
De escéptico pecar ya no me importa
hablando de estos bárbaros sujetos,
porque mi mente sana no soporta
admirar semejantes esqueletos.
Será que deprimido por el llanto,
deambulo sin tino a la deriva
por un jardín sin pétalos ni encanto,
donde cualquier tropiezo igual se esquiva.
Así intranquilo apenas si disfruto
si bien alguna vez vaya de bruto.-
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