Si fingir yo pudiera
un estado de gozo permanente,
ignorando los golpes del presente
nunca echaría en falta un euro en mi cartera.
Porque para mí siempre sería primavera,
al no dejar en un rincón pendiente
nada que me resulte indiferente,
dentro de mi chistera.
Bien sabe Dios que el corazón me late
como si todavía fuera un joven chiquillo
que exuberante cumple aún los años,
pues de antemanos nadie me ha dado jaque mate
porque con mucha astucia siempre brillo
y sin pegas me muevo entre propios y extraños.-
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