A la mujer que tiene dos trabajos
por querer observarse liberada,
al final se lamenta ms atada
que su abuela cosiendo sus refajos.
Al hombre que se deje de relajos
y con su esposa estire la almohada,
que si a medias se pone la colada
a miel sabrn tambin los agasajos.
Que iguales somos todos, Dios mediante,
y por supuesto dignos de respeto
por todos los rincones del planeta,
que a nadie se le acuse de emigrante
porque dbil parezca y por decreto
su imagen no luzca muy discreta.-
|