MIRADAS QUE HABLAN SOLAS
Para la niña afgana, mi poema,
dedicado con todo mi cariño
siempre que a su mirada yo me ciño
y siento que su bote en contra rema.
Consciente no cavila su problema
al pasar del macabro desaliño,
del que aguantar pudiera, dios, un niño
porque entender no entiende nuestro esquema.
Al planeta su imagen hoy conmueve
porque a muchas conciencias amenaza,
las que piensen que siendo tal que hermanos
igual para los pobres nunca llueve
por temas religiosos o de raza
si a placer los manejan los tiranos.
|