Si a alguien mis esfuerzos yo dedico
nunca será, supongo, a mi verdugo,
puesto que siendo un pésimo tarugo
partirle ya quisiera yo su pico.
Si por el mundo fuera yo de rico
de encima quitaría aqueste yugo,
y para conseguirlo yo madrugo
tanto que a veces la lección me aplico.
Y que nadie me acuse de cobarde
porque me niegue a tolerar la guerra
en la que al inocente se le mata,
aunque se necesite gran alarde
para cruzar con éxito la sierra
aun llevando los huevos de corbata.-
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