A menudo yo siento
el corazón cerrado a cal y canto,
como sufriendo a solas, entre tanto
a compartir se niega, remiso el sentimiento.
Quizás carecer pueda de todo fundamento
desterrar la pasión sin saber cuanto
cuesta aferrarse siempre al mismo llanto
si en contra sopla el viento.
Porque poniendo a salvo las defensas
el alma me protege de broncas imprevistas
ante las cuales he de andar con ojo,
tanto que mis entrañas estando siempre tensas
ante el peligro duermen poco, listas
para poder frenar cualquier maligno antojo.-
|