Es agradable no sentirse solo
atravesando a solas el camino,
donde a veces el lúgubre destino
fija un determinado protocolo.
Fácil no me veré cruzando el Polo
si a encontrar los senderos nunca atino,
pues aunque mucho tengo de adivino
a veces con frialdad me descontrolo.
No pretendo negar la compañía
cuando sin condiciones me la prestan
quienes son mis colegas en el juego,
porque sin aguantar su letanía
un buen manojo de reproches restan
y yo mis gracias siempre les entrego.-
|