Nunca sabré de qué materia se hace
el olvido. Será que las neuronas
dejan tal vez de funcionar por zonas
y en la mente se inicia un gran desguace.
No dejaré que nadie me rechace
porque se movilicen sus hormonas,
tal como les ocurre a las leonas
cuando en sus vidas el temor subyace.
Pues en balde no pasan hoy los años
que a menudo los huesos se resienten
pudiéndonos dejar en la cuneta,
sin que de mucho sirvan los apaños
y quienes digan lo contrario mienten,
o de gratis les sale la receta.-
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