Si acaso se derrumba el consumismo
el despido nos manda hasta el carajo,
y a su paso también caerá el tajo
dejándose a la peña en el abismo.
Y abaratarlo quieren con cinismo
al meter sus dineros en un fajo,
que escondidos en medio del refajo
se reparten ufanos de optimismo.
Mucha cara demuestra hoy el cacique
hozando sin pudor sus intereses
aunque al traste se vaya este planeta,
mientras aquí le damos al palique
multiplicando al peso los reveses
que hasta echamos de menos la peseta.
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