Puede que nunca hubiera pretendido
y a la vez ocultar la menor huella,
tal que pudiera ser una centella
amenazando por salir del nido.
Pues mientras de los golpes me he dolido,
no señalo al azar cualquier estrella,
porque no pareciese quizás bella
delante de mi pecho dolorido.
Y bien que me ha tocado dar la cara
saliendo de mi cueva sin ropajes
por defender delitos bien ajenos,
y que siendo la broma burda y rara
no dudaría en recaudar peajes
por las horas perdidas cuando menos.
|