Jamás he propagado la discordia
aprovechando sucios intereses,
y aunque muy duros fueran los reveses
siempre he ido detrás de la concordia.
Porque tarde o temprano quien incordia
pronto terminará sin feligreses,
y como les ocurre a los marqueses
no es fácil encontrar misericordia.
Si no fuera la paz mi condimento
mis versos no tendrían un sentido
al quedar atrapados en su cueva,
donde nunca disfrute de mi aliento
ni tampoco me sienta consentido
al no pasar con tiento aquí la prueba.
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