AL SERVICIO DE LA HERENCIA DEL FASCISTA
se montaron quizás los parlamentos
para que nos dejáramos de cuentos
sin lumbre en mitad de la autopista.
Nunca seré el primero de la lista
en sacarles del fuego los pimientos,
al temer que retrógrados tormentos
me vuelvan diablos a seguir la pista.
Pues la experiencia amigo bien me dice
que fiarme nunca debo de un político
que del mandato saca buen negocio,
cuando a los capos siempre los bendice
y con los pobres hoy se muestra crítico
tomando ejemplo, Dios, del sacerdocio.-
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