No quiero intoxicarme con las verdades
por temor a pasar muy crueles ratos,
pues si quisiera respetar los tratos
nunca vendrían mal las amistades.
Sin buscarlas me sobran tempestades
por ser mis pensamientos muy sensatos,
ni así puedo acallar los alegatos
dispuestos a ocultar mis ansiedades.
Y hasta pido una paz sin condiciones,
siquiera que me sane las heridas
mucho antes de que salgan a la guerra,
no sea que me agarren los suicidas
imponiendo a lo loco sus razones
prestos a dar con mi razón en tierra.
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