Vine al mundo ligero de equipaje,
como quien dice, en cueros y en pelotas,
con la ilusión y la esperanza rotas
para tener que hacer tan largo viaje.
Pues si contara con algún blindaje
alcanzaría igual mejores cotas,
donde hasta me pondría bien las botas
a costa de cualquier sutil chantaje.
Tanto que bicho grande come al chico
ahí en los tribunales de justicia
donde se venden y se compran leyes,
untándole al fiscal y al juez el pico
para lo cual se ha de tener pericia
por si se aflojan al final los muelles.
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