Pues buenas no serán mis intenciones
cuando a menudo duermo tan alerta,
sin que logre dejar el alma abierta
expuesta a todo tipo de pasiones.
Y seguro que tenga mis razones
para permanecer ante la puerta,
guardando no se inicie la reyerta
y ya se me enfurezcan los pistones.
El saber qué motiva tantos miedos
nunca es tarea fácil que digamos
sin dejar que se muestren las entrañas,
pues muchos no serían más que enredos
que cantidad de veces nos tragamos
sin conocer jamás sus malas mañas.-.
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