Yo quisiera pensar que de los sue�os
surja un mundo real y bien sencillo,
con la sana inocencia de un chiquillo
acariciando cantidad de empe�os,
donde no se requiera de otros due�os,
que haci�ndose los fuertes del castillo
me rompan la ilusi�n con un martillo,
hasta acabar con todos mis ensue�os.
Porque mientras las ansias entretienen
bien sanos los cerebros expectantes
m�s de un tercio de nuestra corta vida,
casi seguro que importancia tienen
en nuestra condici�n de caminantes
si acaso no existiera mejor vida.
|