Padre nuestro que habitas en los cielos
no permitas que el odio entre la gente
mate a cualquier hermano de repente
por un potaje de jamón con grelos.
Muchos serán seguro, los desvelos
que atacan sin descanso nuestra mente,
hasta hacernos perder el inconsciente
como locos tirando de los pelos.
Y danos hoy el pan de cada día
aunque trabajo cueste conseguirlo
de forma justa y, por supuesto honesta,
pues grande puede ser la hipocresía
de quien tiene el poder de compartirlo
pero el hacerlo, en cambio le molesta.-
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