Como siempre la amnesia del pasado
con miedos nos la meten bien doblada,
porque cede sin pegas la manada
que desobedecer es hoy pecado,
Si yo crecí de niño acojonado,
al observar que el filo de la espada
blandía sin piedad en la ensenada
temiendo terminar sacrificado.
Porque usado con arte este argumento
logra gran eficacia entre la gente
que no come ni tres veces al día,
y por escrúpulos se traga el cuento
aunque sus huesos pudran bajo un puente
alejados de toda fantasía.
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