Si todos los azares de la vida
fueran inspeccionados sin piedad,
bien lejos de cualquier casualidad,
quizás no hubiera tanto cruel suicida..
Pero sería igual una salida
que sin parar nos digan la verdad,
dejando aparte toda falsedad
aunque a veces resulte dolorida.
Porque yendo hasta el fondo de la mente
asumiendo los fallos personales,
también seremos más nosotros mismos,
permitiendo sentir al inconsciente
sin que necesitemos los pañales
para saltar sin cuerdas los abismos.
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