Si mentirosos son, no lo desmienten,
los políticos son también humanos,
aunque tal vez se llamarán hermanos
sin que lleven en sangre lo que sienten.
Pues una vez votados, todos mienten,
tal que fueran mafiosos sicilianos,
convirtiéndose en puros escribanos,
sin que luego ni en sueños lo lamenten.
Cuando el poder recurre a la mentira
para hacernos creer sin más prejuicios
cuán acertados fueran sus manejos,
es porque se podrán lucrar la tira
seguro hasta los próximos comicios
aunque en el viaje dejen sus pellejos.
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