Nunca jamás temí la oscuridad
quizás porque tan sólo siempre estaba,
que con mucha frecuencia me olvidaba
hasta de mi secreta intimidad.
Si bien nunca rechazo la amistad
tampoco pienso sea la caraba,
y mucho menos sin razón esclava
que me amargue sin fin la actividad.
Cualquier persona con su sano juicio
seguro estoy que piense como yo,
que más vale vivir sin compañía
sin riesgo de caer en algún vicio,
teniendo siempre que decir chapó
si nunca se ganó la lotería.
|