Como está la mar llena de agua y peces,
también mi soledad de brisa inmensa
bien podría sentirse triste y tensa,
rodeada de penas y estrecheces.
Y por si fueran pocas las sandeces
no será extraño ver la recompensa,
que en diversos ambientes se dispensa
a cuantos de este mundo son sus jueces.
Pues secando las gotas de sudores
se me quedan los párpados de hielo
mirando como crecen las maldades.
Tanto que puedo percibir dolores
sintiéndome enredado sin consuelo
que me impiden saciar las ansiedades.
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