De aquella catedral al alto domo
Brunelleschi le dio siempre severo
la heroica solución, serio y austero:
señalando el fin y luego el como.
Cuando el genio cerró el alto lomo
de augusta catedral un día cimero
abriole el arquitecto un sendero
a la profundidad del sapiens homo.
Aquella solución, audaz, heroica
que borró de la iglesia la penumbra
a las reglas modernas hoy las mueve.
Es historia sutil, limpia y estoica
que con doradas luces nos alumbra
y al mundo de las formas lo conmueve.
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