Hoy hasta el pobre olvida sus derechos
viéndose el más zoquete del planeta,
agarrado de dientes de su teta
aunque se deje atrás los berberechos.
Y encima de la mesa están los hechos,
donde ni Dios, con el poder se meta,
si de frente se choca una escopeta
por defender seguro sus cohechos.
Pues si la voluntad de los humanos
en las urnas se quiebra de por vida
no necesitan que mi voto cuente,
porque así se manejan los tiranos
al caminar tal vez en plan suicida
si la ley les pillara de repente.
Luis Perez.-
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