Si nunca voy de rico, certifico,
y al pobre evito daño, le acompaño,
al buscar en cualquier peldaño apaño
si al final con mi hocico mortifico
a quienes sin piedad critico, chico,
porque detesto cada año el engaño
de formar parte de un rebaño extraño
al que mal con mi pico califico.
Porque al mostrar mi mente consecuente
pudiera parecer molesto honesto
a los ojos de un mundo moribundo,
bajo cuyo presente deprimente
yo oculto siempre un gesto manifiesto
como hace en un segundo un vagabundo.
|