Ni los tomates crecen naturales
porque producto son de invernadero,
que mal saben de octubre hasta febrero
y causa son de cantidad de males.
Pues practicando métodos fatales
pronto quieren forrarse de dinero,
al moverse tal cual lo hace un torero
que vive del martirio de animales.
Igual nos da tomate que pepino
aunque sea transgénico el producto
que las leyes imponen los canallas,
cuando el sabor importa ya un comino,
y por supuesto menos el conducto
por más que nos reviente las agallas.
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