La corrupción sin frenos hoy galopa
aunque el pueblo indignado ni protesta,
será que ya cualquier asunto apesta
y podrían matarle a quemarropa.
Chorizos háylos, dios, hasta en la sopa
todos de repugnancia manifiesta,
pues del heraldo público se resta
todo aquello que quitan a la tropa.
A tope está el país de carroñeros
que sin escrúpulos al mundo atacan
a la par con sus uñas y sus dientes,
porque son una panda de usureros
que si pueden a todos nos atracan
hasta dejarnos fritos dependientes.
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