Siempre que imaginarte me alimenta
sentir quisiera el gozo de tu pecho,
la paz de tus entrañas, satisfecho,
sin tener que poner mi honor en venta.
Sería para mí segura renta
el poder caminar aún derecho
antes de que me lleven grogui al lecho
y que harto de farsas me arrepienta.
Sin duda , conocerte fue un regalo
del que nunca reniego, Dios lo sabe,
seguro a estas alturas de mi vida,
sin olvidar que insólito fue el palo
de la separación, que duda cabe,
sin abrigar ninguna otra salida.
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