Comprensión y hermandad necesitamos
para acabar la crisis consumista,
bien sabe dios que sufro pesimista,
pero en el mismo bote todos vamos.
Con más o menos suerte descansamos
los que detrás de un muro pacifista
mostramos un parámetro marxista
porque de los banqueros no nos fiamos.
Si somos ciudadanos de segunda
fácil malos augurios nos esperan
pues el maná no cae de los cielos,
porque antes la esperanza se nos hunda
delante de los ricos que prefieran
mofarse sobre tantos desconsuelos.
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