No voy a renunciar a mis prebendas,
que ayer con los sudores de mi frente
me curré de manera deprimente,
al no poder llevar mis propias riendas.
Pues cantidad de fábulas horrendas
a vivir me forzaron dependiente,
siendo incluso persona tan consciente
que dócil fui con todas las enmiendas.
Quizás el pundonor de mi constancia
el sendero me puso liso y llano
la mayoría de las veces, pienso,
pues puedo recordar desde la infancia
como siendo azotado por mi hermano
a deprimirme nunca fui propenso.-
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