A propósito siempre me pregunto
si amarte fue quizás una locura,
por la que previo pago de factura
considerado fui después difunto.
Porque siendo novato en el asunto
lejos de ser un toro sin fisura,
más bien me manejaba con cordura
hasta quedar tal vez tranquilo y punto.
De ser un despropósito me quejo
porque dulces los sueños se mostraron
hasta que me rompieron la baraja,
justo al clavarme sin piedad el rejo
y por el cual bastante festejaron
quienes querían verme en la mortaja.
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