Hoy aún sin prejuicios agradezco
que el verdadero amor saltó a mi vista,
al darme la mejor y bella pista
al disfrutar del mundo al que me ofrezco.
Pues al mismo planeta pertenezco,
y aunque a veces me muestro pesimista
también pudiera ser muy optimista
cuando ante los problemas yo me crezco.
Porque la vida es la mejor escuela
donde podemos compartir bondades
sin tener que pagar peaje alguno,
y menos aguantar cualquier secuela
por causa de ostentosas vanidades
si no se avala el canon oportuno.
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