SONETO CAUTIVO.-
Que el demonio me ampare
si del cielo no huyo desconfiado,
puesto que si una vez fui apaleado
insistir no pretendo que nadie lo repare..
Pudiera ser señores que a la par me compare
con la mejor oveja del ganado,
que orgullosa del trigo cultivado
ni da leche ni pare.
No es que ahora me prive de un suspiro
y luego me castigue con el resentimiento
que a diario descomponga mis entrañas,
pues de cualquier jaleo si puedo me las piro
aunque sea a la mar a tomar viento
que herido ya me siento de recibir castañas.
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