SONETO.-
Porque me bautizaron sin permiso
intransigentes fueron las creencias,
y duras con dolor las penitencias
hasta romper los sesos sin aviso.
Seguramente así mi madre quiso
salvarme de presuntas inclemencias,
que sumadas al tren de las carencias
de mí hicieron un hombre tan sumiso.
Así la educación a palos duele
como si respirar fuera pecado
y costara el perdón una fortuna,
pues hoy día la fe muy mal me huele
dirigida tan bien por el Estado
cuyos ministros andan por la luna.
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