Puedo pescar palabras e ilusiones
surtidas por las nubes,
los espectros azules y rojizos
de tornados de fuego,
también el arco iris de la niebla.
Puedo pescar el polvo de diamantes
y la luz zodiacal.
Besar en las tardes los dedos de Dios
y la aurora boreal, para ceñirme
después el blanco cinturón de Venus.
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