SONETO.-
Perdón debo pedir si a tu alma acudo
de repente y de pronta sacudida,
por si acaso te viera resentida
y sin hablarte me quedara mudo.
Porque preso en mi cárcel me sacudo
obligando mi aliento de por vida,
y dando mi misión por bien cumplida
con mi mejor deseo te saludo.
Como sé que cantando no te hiero,
placer encuentro impávido en mi sueño
sin que ya sienta apenas mis dolores,
pues en quererte pongo más esmero
al ver la recompensa con empeño
en mis lunas de todos los colores.
Luis Pérez.-
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